El burro de Merlin

04 julio 2006

Los clásicos de Kei: "Sospechosos habituales"



Cinco sujetos, sospechosos habituales, son detenidos para participar en una interrogatorio sobre el robo a un camión. Este incidente es el detonante para que decidan unir sus fuerzas y comenzar una serie de delitos en Los Angeles que les llevará a conocer a Kobayashi, vocal del legendario criminal Keyser Soze. Su último trabajo será en un barco dónde morirán 27 personas.
Roger "Verbal" Clint, uno de los cinco sospechosos habituales, es el único superviviente del episodio del barco. Kujan, del servicio de aduanas, le realiza un exaustivo interrogatorio con el fin de aclarar el suceso del barco y de sacarle información sobre Dean Keaton, el principal culpable según él.
Se inicia así el relato de Clint, interpretado por un fantástico Kevin Spacey, con una tensión narrativa creciente, una sucesión de personajes que deambulan por la trama y giros argumentales a gogó.
La estructura de la película es no lineal. Empieza en el incidente del barco, para ir después al interrogatorio de Kujan con Clint que a su vez nos cuenta los sucesos anteriores al episodio del barco.
El film es una suerte de cine negro moderno, con una trama enrevesada e interpretaciones memorables. Kevin Spacey ganó el Oscar por esta película, y su duelo interpretativo con Chazz Palminteri es antológico. Gabriel Byrne como Dean Keaton, un joven Benicio del Toro y Stephen Baldwin tambien destacan a lo largo del film.
El enrevesado guión ganó el Oscar ese año (1995), una trama que tiene como hilo argumental el descubrir la verdadera identidad de Keyser Soze.
El director, Bryan Singer, logró con escaso presupuesto crear un clásico moderno, una de las películas de culto de los noventa, con un estilo visual similar al de cohetaneos como Tarantino. El relato de Verbal Clint va dando tumbos hasta llegar al increscendo final en el barco donde nos encontramos el momento por el que merece ser vista esta película, ese final, quizás el mejor o uno de los mejores finales sorpresa de la Historia del cine.
Se ha acusado a la película de tramposa, de manipular información para llevarnos a ese final antológico. La cara de imbécil que se me quedó la primera vez que vi el final de la película compensa esas pequeñas triquiñuelas de guión.
"El mejor truco que inventó el diablo fue el de convencer al mundo de que no existía". Saludos.

1 Comments:

At 23:59, Blogger Pablo G. Naranjo said...

Calidad, calidad y calidad. Una peli que no acusa el paso del tiempo. Bryan Singer se cubrió de gloria el chaval.

 

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