El burro de Merlin

09 marzo 2006

Carretera perdida, el universo de David Lynch


Nuestro querido burro nos presenta hoy la película de los noventa para mentes enfermas como las vuestras. David Lynch es un director amado por unos cuantos y odiado por muchos. Este odio es reflejo de la gran paja mental que produce el visionado de sus películas (su primera película, Cabeza Borradora, es la paja mental capital de la Historia del cine). Como a nosotros nos encantan las pajas mentales no hacemos otra cosa que poner velitas en la iglesia para que Lynch nos siga deleitando con peliculones como este.
Carretera Perdida es una película enfermiza, compleja y muy abstracta. El error que se suele cometer ante estas películas es buscar la seguridad personal en un argumento que nos aclare las cosas. En Carretera Perdida, básicamente, un hombre mata a su mujer y cuando está en la cárcel se transforma en otro hombre que conoce a una mujer parecida (es la misma Patricia Arquette) para, en el final de la película, volver a transformarse en el hombre del principio, huyendo de la policia por una carretera en medio de ninguna parte. Se puede enternder que el hombre de la cárcel sueña con una segunda oportunidad en la que tambien fracasa. Un hombre que fracasa en su propio sueño, puede ser interesante. Sólo es una interpretación. Lo gracioso del tema es que probablemente la película no tenga interpretación, sólo un sentido, una idea, un sentimiento que quiere expresar.
No hay que olvidar mencionar esos elementos que Lynch deja sueltos en mitad de la trama para confusión (y alegria) del personal. Quizás, el mas llamativo sea el hombre misterioso, ese hombre sin cejas que tan mal rollo da. Nuevamente surgen las dudas ¿Qué representa ese personaje? Tal vez sea una abstracción de la conciencia del protagonista, una crítica a los medios de comunicación (aparece con una videocámara al final), una alegoría del voyeurismo y del cine en general o tal vez no significa nada. Lynch, en las pocas entrevistas que ha realizado, ha abogado siempre por la no explicación de sus películas. Según él son trozos de sueños, imágenes que están para ser experimentadas, no para ser entendidas. Es de agradecer que directores como Lynch existan y se atrevan a plantear contenidos diferentes ¿Por qué una película tiene que seguir un patrón y un argumento lineal y previsible? Lo que hace muy bien mr. Lynch es entender el concepto de imagen como transmisión de ideas y, sobre todo, de emociones. Carretera Perdida se queda en la cabeza, se viene a dormir con nosotros, y es ahí donde empezamos a ver las cosas claras.
La música vuelve a ser cortesia de Angelo Badalamentti, acompañado por otro genio de los noventa, Trent Reznor (el alma mater de Nine Inch Nails). Los diálogos son pausados, atrapados por toda una gama de sonidos industriales, pesados, atmosféricos que ayudan a resaltar las imágenes y la sensación de agobio e incomprensión en el espectador.
Teneis que ver esta película, disfrutarla, sufrirla, terminarla, rebovinar y volver a empezar.