Hay esperanza: "Las colinas tienen ojos" (remake)
Suele pasar, cada cierto tiempo, que de entre toda la maraña de remakes horripilantes que se originan en jolibu aparece uno que no sólo está muy por encima de la media sino que, además, se pone a la altura o llega a superar a su predecesora. Tras los últimos bodrios como "La profecia" este remake de "Las colinas tienen ojos", el clásico del 77 de Wes Craven, viene a ser un oasis entre tanta casquería cutre y prefabricada y se pone a la altura de otros remakes dignos como "La matanza de Texas" o "Amanecer de los muertos".
La calidad del remake se debe en buena parte al director Alexandre Aja. El joven francés, que ya sorprendió con "Alta tensión", se confirma con este trabajo como uno de los puntales para el futuro del terror mainstream en el cine.
La película narra la aventura de una típica familia americana que está de vacaciones, se le jode el coche en mitad del desierto y queda a merced de lo típico: el calor, la soledad y gañanes mutantes del interior. Mutaciones debidas a las pruebas nucleares realizadas por el gobierno en el desierto tiempo atrás. Ahora, el desierto les sirve de trampa para cazar humanos que les permita fomentar su sano canibalismo.
Sensación de agobio y claustrofobia producida al aire libre, en un desierto del que no puedes salir. Una paleta de colores sucia con amarillos y marrones que tan bien quedan en las películas desarrolladas en la america profunda (parajes remotos del interior donde todos los habitantes están como putas cabras). Buen diseño de producción. Y lo que más nos gusta, violencia bruta, explicita y directa. La sangre nos salpica y las hostias duelen. Hay mucha mala leche.
Tras un prólogo que se alarga en exceso, pero necesario para el desarrollo del film, llega el ataque a la caravana que nos deja sin respiración. El padre quemado vivo en una hoguera, los agresores encañonando a un bebé, violando mujeres y volando cabezas. A partir de aquí cruzada personal de los supervivientes contra los malosos.
La acción nos lleva al pueblo de los mutantes. Un pueblo de pruebas nucleares lleno de maniquíes. No podía ser mas simbolica la puesta en escena. Seres humanos deformes rodeados de prototipos (los maniquies) de la familia standard americana. Esto y un tio cabreado, con un perro y con un hacha y a disfrutar de la carnicería. Momento impagable cuando uno de los protagonistas clava una bandera americana en la cabeza de un mutante, fue su propio país el que le mató antes y también ahora.
Desconozco si se han recortado trozos de la película para su exhibición en salas pero las leches sangrantes de esta peli están muy por encima de la media y son casi un lujo para el gran público acostumbrado a cosas más ligeritas como "Scream".
El final deja abierta la puerta para un posible remake de "Las colinas tienen ojos 2". Ya se verá, pero de momento a esperar que lo que nos viene como la adaptación del juego "Silent Hill" tengan la calidad de esta película.
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