El burro de Merlin

18 marzo 2006

"Hostel", pagar por matar

La gloriosa mula ha propiciado que ya haya visto "Hostel", una de las películas más esperadas por los amantes al género de terror. Muchos aficionados ya pudieron disfrutar de su estreno en el pasado Festival de Sitges. El resto de los mortales tenemos que esperar al 24 de marzo (la semana que viene) para ver si es tanto como dicen.
La película es de Eli Roth, que debutó hace un par de años con la estimable "Cabin Fever". No obstante, si algo ha dado fama a esta película (y eso que aquí ni se ha estrenado) es que viene apadrinada por Quentin Tarantino. Hay que reconocerlo, es oír el nombre de este tío y nos volvemos todos locos. Su nombre como productor en los carteles seguro que ayudará mucho a explotar la película.
Sinopsis de andar por casa: dos yankees están de viaje por Europa buscando tías y porros. No es de extrañar que la historia empiece en Amsterdam (habrá que ir). Ahí un fumeta les recomienda que vayan a la Europa del Este (no recuerdo el país y eso que la acabo de ver, creo que es Eslovaquia), porque las mujeres ahí están realmente potables. En Eslovaquia todo va bien hasta que empiezan a desaparecer los amigos del prota. Tras estas desapariciones se encuentra una red internacional de mafia dedicada a ofrecer personas a sus clientes para que éstos los torturen y los maten.
La película presenta en sus carteles lemas de "basado en historias verdaderas" y cosas por el estilo, cosa que resulta más perturbadora aún. Lo explícito del film, la sangre, las vejaciones, el ambiente crudo y sucio extrapola los más bajos instintos de la raza humana. No dudo que haya este tipo de "negocios" al igual que existe el turismo sexual. La premisa resulta atractiva y el contraste entre la primera y la segunda parte del film lo hace más aterrador.
Concluyendo, una película recomendable que ha dado y seguirá dando que hablar, que ha sabido rodearse de comentarios y polémica por su alto contenido gore (aunque no hay para tanto, la verdad). Un festival de sangre para disfrutarlo y poco más. No trascenderá más allá de todo esto.